lunes, 20 de diciembre de 2010

Danza bajo un haz lunar



PERSONAJES:
JONATHAN HARKER
CLARIMONDE DE ROUSSIGNAC
CARMILLA KARNSTEIN
DAUPHINE ROCH
VLAD TEPES, CONDE DRÁCULA







(Suena un harpa medieval rasgada por mano femenina. Dos damas bailan una danza cortesana acompasadamente, en medio del amplio salón de un pétreo castillo. Jonathan las mira fascinado  desde un diván. Terminada la pieza, aplaude entusiasmado)

Jonathan:         Encantador, realmente estoy fascinado, señoras.
                        (las damas le miran de forma inquietante).    
                        Disculpen mi atrevimiento; creía que el castillo estaba… vacío.

Claire:              Siempre tan desconsiderado.

Jonathan:         ¿Perdón?

Carmilla:          ¿Qué otra cosa esperabas, Claire?

Dauphine.        (saliendo de la nada) Disculpe nuestra torpeza, caballero, es la falta de costumbre,  permítame hacer las presentaciones.

Jontahan:         No, en absoluto, el torpe y maleducado soy yo. Jonathan Harker, a sus pies, señoras.

Dauphine:         Clarimonde de Rougssinac, la Condesa Carmilla de Karnstein, y Dauphine Roch, para servirle.

Claire :             No le aburriremos con nuestros títulos, sería contribuir al tedio de estas paredes.

Dauphine:        Claire es igual de modesta que su antepasada, la condesa Contini. Clarimonde de Rousignac es descendiente directa del hada Melusina, y Frau Carmilla Karanstein luce en su blasón uno de los apellidos más ilustres de Estiria.  Mis queridas amigas son nobles, pero yo no, una simple actriz de teatro.

Claire:              Dauphine  Roch, excelente actriz de este oscuro fin de siglo, no le quepa la menor duda, Mr. Harker.

Dauphine:         Dirás siniestra vedette, jaja (ríen las tres con una sonrisa fría).

Claire:              En serio, estamos gratamente sorprendidas con usted. Son muy pocas las visitas que tenemos la oportunidad de disfrutar en palacio.

Carmilla:          ¿Ha venido por algún asunto de negocios? ¿Antigüedades, quizás?

Jonathan:          Sí, aunque no se trata de objetos ¿No les ha explicado el Conde?

Dauphine.        (Las tres se miran de reojo) Por supuesto, estamos al corriente. Y bien, Jonathan,
                         ¿ El Conde y usted… han llegado a algún  acuerdo?

Jonathan:          Esta misma noche hemos cerrado el trato. El Sr. Vlad Tepes es desde hoy        propietario de la Abadía de Carfax, en Londres.

Claire:              ¿Carfax?

Carmilla:          Picadilly. Está en pleno centro de la ciudad.

Dauphine:         Nuestro querido Vlad se dedica ahora a los asuntos inmobiliarios. Picadilly Circus… cuánta vida hay allí, cuántas almas como ríos, discurriendo a lo largo de Charing Cross.

Claire:              ¡Pronto haremos las maletas!

Carmilla:          Ilusa. Nunca nos dejará ir con él.

Claire:              ¿Qué dices, Carmilla?

Carmilla:          Que nunca nos dejará ir. Él nos prefiere encerradas aquí, entre estos muros en ruinas.

Dauphine.        Tiene razón. No quiere ninguna competencia a su alrededor.

Carmilla:          Solo tiene un plan, y hacia él avanza. Un solo objetivo.

Dauphine:         Por fin cumplirá el sueño de perpetuar su estirpe.

Carmilla:          Y en cuanto a nosotras, nos dejará aquí encerradas hasta que la idiotez y el cansancio nos consuman.

Claire:              ¿Estáis hablando en serio?, ¿y sus promesas?, ¿todas esas palabras desgranadas noche a  noche?

Carmilla:          Mentiras. Solo quiere aplastar nuestro brillo, nuestras inmemoriales ramas.

Claire:              ¡Él nunca nos mentiría!

Carmilla:          Te equivocas. Nos miente desde hace mucho ¿Desde cuándo estás aquí? ¿Lo recuerdas? ¿Eres capaz de decirnos la fecha?


Dauphine:         ¡Ayúdenos, caballero! (suplicante) ¡El Conde nos tiene encerradas!

Carmilla:           Estamos aquí en contra de nuestra voluntad, Sr. ¡Usted es el único que podría hacer algo por nosotras!

Jonathan:          ¡Señoras, discúlpenme, por  favor! No las entiendo…

Claire:              ¡Somos prisioneras de Drácula!, ¡mire! (De la amplia manga emerge un brazo de nieve tatuado a la altura del antebrazo con un dragón medieval), ¡Su marca!, el dragon que se muerde la cola.  El Uroboros.... 

Carmilla:           Las tres llevamos su marca. Nos ha convertido en sus meretrices. 

Dauphine:         ¡Sí! Atrapadas en esta vieja cáscara rodeada de un abismo. 

Carmilla:           (Acercándose a Jonathan) Si supiese las humillaciones que hemos tenido que soportar! ¡Qué vergüenza!

Claire:              (Acercándose aún más) Sólo usted puede salvarnos. ¡Estamos tan solas! ¡Tan desvalidas!

Dauphine:         Él ya no nos quiere, hace mucho que nos abandonó, que reniega de nosotras. 

Carmilla:          ¡Estamos hambrientas! Ni siquiera se acuerda de traernos alimento. 

Jonathan:          ¡Señoras, por favor! Estoy confundido, me gustaría ayudarles, pero, ¿están seguras de lo que dicen? ¿Cómo podría...?

Claire:               Mira mi pelo, Jonathan, es como el oro ¿Recuerdas esa tarde en que destrencé mis hebras después de amarme sobre la hierba? Tenías sólo quince años.

Carmilla:           ¿Y aquella noche de tu cumpleaños en casa de Irma Genet? Yo traía un vestido rojo ceñido. Dijiste que eran bonitos mis ojos. Te descubrí todo un tesoro de placeres que jamás hubieras soñado. Soy yo, Satine, Satine....

Jonathan:           Daphne, Satine...¿sois vosotras?, ¿qué hacéis aquí?, ¿cómo habéis llegado a este lugar? ¡No puede ser!

Dauphine:           Jonathan, Jonathan, amor mío, ¡cuánto tiempo! ¡qué sola me dejaste! ¡Cuánto tiempo te he esperado, amor! ¡Por fin te he encontrado! Abrázame, abrázame...

Jonathan:            ¡Mina! ¡No puede ser! Mina... mi amor, mi niña...

Carmilla:             Ámame...

Claire:                 Bésame...

Dauphine:           Abrázame, abrázame amor mío. Ámanos, necesitamos tus besos, estamos vacías sin ellos (Le acarician y besan por todas partes mientras le tienden en el diván, quitándole la camisa).

Jonathan:            Sí, eso es. Sí. Mi amor, mi muñequita, mi animalito, mi diablita.

Carmilla:             Mirad, hermanas, su pecho, hinchado de vanidad, tan rosado y viril.

Claire:                 Ayúdame con los pantalones. Así, muy bien. Me pido esta parte.

Dauphine:           Es en el cuello donde está la vena más hermosa. Lo puedo oler (besándole). Sí, aquí, aquí...


(Cambia la luz. Las tres damas se convierten en tres fieras terribles: colmillos y garras al trasluz. Zarpazos, gritos y aullidos. Una puerta lateral se abre. Aparece Drácula envuelto en una inmensa capa negra de alto cuello picudo y con una bolsa que arroja al suelo)

Drácula:             ¡Dejadlo ya! Él es mío! (Coge a Claire por el cuello y la tira contra las otras dos. Las tres damas tienen la boca ensangrentada. Jonathan aparece desnudo en el diván con varios hilos de sangre por el cuello e ingles) ¿Cómo os atrevéis a tocarle ninguna de vosotras? ¿Cómo os atrevéis a ponerle los ojos encima cuando os lo tengo prohibido? ¡Atrás os digo! Este hombre me pertenece.

Claire:                 (Sollozando) ¡Tú nunca has querido a nadie! ¡Tú nunca amas!

Drácula:             (Acercándose a Jonathan) Sí, yo también soy capaz de amar.  Ahora bien, os lo prometo: cuando haya terminado con él, podréis besarlo cuanto os plazca ¡Marchaos! Dejadme a solas con él.

Carmilla:             ¿No tenemos algo para esta noche? (Señalando a la bolsa que traía el Conde)

Claire:                 (Acercándose a la bolsa) ¿Qué es señor? (Drácula entreabre un poco el saco)

Carmilla:             ¡Oh, por favor, Señor, dánoslo! ¡Dánoslo!

Dauphine:           ¡Amo!, ¡amo!

(Se arrastran hacia el bulto. Se oye el llanto de un niño. Las vampiras se despachan al infante con fruición. Drácula contempla la escena complacido. Jonathan tiembla y balbucea ante la macabra cena apenas sin moverse. Afuera suenan gritos).

Voz:                    ¡Monstruo! ¡Monstruo! ¡Devuélveme a mi hijo! ¡Devuélveme a mi hijo! ¡Demonio! ¡Demonio! ¡Dame a mi niño! ¡Dame a mi hijito! (Se oye fuera el gruñido de los lobos y  el sonido de gritos y dentelladas).
(Jonathan se agita entre pesadillas. Drácula avanza hacia él. Bajo la capa, va totalmente desnudo. Se inclina tomando a Jonathan en brazos como una Piedad, y  después asciende en volandas con él sobre la habitación, mientras se hace el oscuro. 

Telón

                              



                       

No hay comentarios:

Publicar un comentario