viernes, 20 de septiembre de 2013

QUIZASÍ Y QUIZANO: OTOÑO. SAINETE CÓMICO




QUIZASÍ y QUIZANO:

OTOÑO

Los mismos personajes con un smarthphone enorme con diferentes luces y sonidos, que se activan rítmicamente durante la danza. Es un juguete. En éste luce brillante el signo parecido al whatssap. Las imágenes que se describen se proyectan en la pared.
QUIZANO lleva tres gatas de peluche en un cesto y QUIZASÍ un mandil y mesita con una cazuela metálica que remueve con un cucharón de vez en cuando.

QUIZASÍ.      Qué tal, Quizasí?
QUIZANO.    ¡Quizano! Un mes que no entrabas.
QUIZASÍ.      Es que ando de mudanza. Ya ves, estoy que no paro. ¿Podrías hacerme un favor?
QUIZANO.    Disculpa un minuto,  amor, que dé de comer a mis gatas.
QUIZASÍ.      Qué preciosas son tus gatas. En casa de mi amigo Juan, me enamoré de la suya. Carmencita se llamaba.Parecía un cuadro abstracto, con sus manchitas marrones. ¡Vamos, un Pollock con patas!
QUIZANO.     Pues adopta.
QUIZASÍ.       No tengo ni lugar ni  tiempo. Aunque lo haría  si pudiera.
QUIZANO.     ¿Y qué nombre le pondrías?
QUIZASÍ.       No sé, un nombre infernal. Quizá Belcebú. O quizás Parca.
QUIZANO.     No, ¡Parca no!
QUIZASÍ.       ¿Por qué?
QUIZANO.     Peyorativo. Una gata… se merece un nombre de diosa.
QUIZASÍ.       Las parcas eran tres diosas.
QUIZANO.     Vale, ¿cuál era el favor?
QUIZASÍ.       Tengo que limpiar un sofá,  ¿qué puedes recomendarme?
QUIZANO.     Para eso, un aspirador. Te recomiendo Ultraone.
QUIZASÍ.      ¿Qué  es?
QUIZANO.     La más potente y más bella. La reina de las aspiradoras. Mira:
(Pone un imagen de la aspiradora) la joya de mi colección.



QUIZASÍ.        De tu colección?
QUIZANO.      Si, más de treinta. Las guardo en una bodega, de los años 60 a la fecha. Treinta aspiradoras como treinta soles.
QUIZASÍ.        Increíble, Quizasí…Venga, seguimos: Erinnia.
QUIZANO:      Y dale con las deidades oscuras. Terpsícore.
QUIZASÍ.        Bien: Afrodita
QUIZANO.      Ése es precioso.
QUIZASÍ.        Parvati, Euryale, Kali…
QUIZANO.      Agnetta, Frida, Silvie.
QUIZASÍ.        Justine, Wanda, Malenka.
QUIZANO.      Musidora, Araceli, Renata.
QUIZASÍ.        Beatrice, Calypso, Escila.
QUIZANO.      Eleonora…
QUIZASÍ.        ¡Lilith!
QUIZANO.      ¡Ese me gusta! ¡Gata infernal!
QUIZASÍ.         Carmilla. Mircalla. Millarca.
QUIZANO.      Incluso vampira y lesbiana… Marika, ¡Eloyse…!
QUIZASÍ.        ¡Willnelia…! Me encanta Willnelia.
QUIZANO.      Es que eres muy maricón.
QUIZASÍ.         Véase El abominable Dr. Phibes.
QUIZANO.       Necesitas una docena de gatas. Jajajaja.
QUIZASÍ.        ¿Tú crees? Las malas son mi especialidad.
QUIZANO       ¿Las malas? Jajajajajaj. Mira que es fácil tener una gata mala. Yo tuve una, Giulia. Las manos hechas trizas te dejaba. Era temible. Una fiera. Qué carácter tan salvaje. Quince años duró y nunca llegó a amansarse. Pero me quería a su manera.
QUIZASÍ.        Lysístrata, Calíope, Desdémona.
QUIZANO.      Qué bien suenan los nombres esdrújulos.
QUIZASÍ.        Eurínome, Anfítrite, Wandesa…
QUIZANO.      ¿Eh? ¿Wandesa?
QUIZASÍ.         (Recalcando las esdrújulas) Wandesa Dárvula de Nádasdy
QUIZANO.       ...La noche de Walpurgis… 
LOS DOS.        ¡Patty!
QUIZANO.       Olivia, Modesty, Barbarella.
QUIZASÍ.         Victoria-Alicia…Rosario-Eugenia, Marie-Chantall…
QUIZANO.       Beatrice-Alexandra, Yolanda-Isabel, Claudine-Henrietta.
QUIZASÍ.         Mari-Carmen, Mari-Puri, Bloody-Mary…
QUIZANO.       Grrrr. ¡Bloody- Mary  no! No, no, no.... No es apropiado para gata. Un pavo mamarracho de Marbella le ha puesto a su gata Moet… y al gato ¡Chandon!
QUIZASÍ.         Son gatos de alto copete.
QUIZANO.       Los gatos de un mamarracho.
QUIZASÍ.         Las bestias no entienden de clases sociales, ni de ideologías.
QUISANO.       Mis gatas sí. Son "quizasístas". Eligen la mano que las alimenta.
QUIZASÍ.         Sí que son listas. A eso le llamo "tener conciencia". Me sé de algunos que aún siguen votando a sus maltratadores.
QUIZANO.       ¿Qué te creías, que el ser humano posee inteligencia? 
QUIZASÍ.         No. A la autodestrucción va. Derechito... ¡Huyamos a Gatilandia! En su república  no hay sacerdotes, ni clase política, ni vigilantes.
QUIZANO.       A ver, Don Utópico, sigue la lista...Sheila, Christine, Cleopatra, .
QUIZASÍ.         Nise, Amarilis, Violante.
QUIZANO.       Analía, Prudence, Dauphyne.
QUIZASÍ.         Tristana, Turandot, Glenda.
QUIZANO.       Berenice. Ligeia. Morella.
QUIZASÍ.         Pétula. Winona. Amanda.
QUIZANO.       Asumpta, Evelinne, Georgia…
QUIZASÍ.        (Pausa. le da un sorbo a la sopa) La verdad, ahora me resultaría difícil elegir... Si tuviera gata alguna vez, claro.
QUIZANO.      Hoy ví en las calles un siamés. En los huesos iba, de puro flaco. ¡Qué desconsiderada, la gente, que ni le daba de comer! Je deviens un misantrope convençu.
QUIZASÍ.        ¡No lo vayas a recoger, tú solo dale comida, Hada de las Aspiradoras!
(Se escucha un maullido en off)
QUIZANO.      (Reaccionando al maullido y mirando, inquieto, a un lateral) Ay. Bueno, tengo que salir. Quizano, seguimos hablando...
QUIZASÍ.         Bien, bien. Y yo me voy a comer algo, Quizasí, ¡hasta luego! Chao.
(Salen  lo dos. QUIZASÍ recoge el cesto de gatos y QUIZANO saca la olla de escena)




jueves, 12 de septiembre de 2013

OBITUARIO. Diálogo







DRAMATIS PERSONAE

ALBERTO
JOSE

(Dormitorio en penumbra. Una cama en medio con un hombre desnudo, boca abajo. Al fondo, una mesa con un ordenador portátil. De un extremo sale otro hombre desnudo, secándose con una toalla).


JOSE. Bueno, esto es ya otra cosa (Va hacia Alberto y le besa la espalda). Mmmh... Qué espalda tan bonita. ¡Adoro las pecas! Podría besarlas una por una...


ALBERTO.¿ Te gustan? Todas para tí. Mmmh (JOSE le abraza).


JOSE. ¿Sabes? El caso es que creo que nos conocemos...


ALBERTO. Yo también creo, de vista... Pero nunca hemos hablado. Hasta que me pinchaste en esa web.


JOSE. Claro, tú eres amigo de Mario. ¿Sabes quién digo?


ALBERTO. ¡Sí! Mario. Nos conocemos desde hace años.


JOSE. Yo, desde hace más de treinta.


ALBERTO. Yo, desde los años ochenta.


JOSE.  Él me llevó al primer sitio de ambiente. Jajajaj.


ALBERTO. Con él fui a mi primera orgía. Jajajajaja


JOSE. (Pausa) Ah... Ehm... Pues se ha casado hace poco, con un chico brasileño.


ALBERTO. Bastante más joven que él...lo vi en las redes.


JOSE. Sí. Estuve el mes pasado en su boda. Espero que le vaya bien.


ALBERTO. Pues siguen de luna de miel.


 JOSE. Sí, no paran de colgar fotos.


ALBERTO. (Pausa) Entonces, él y Saúl...Lo dejaron... (JOSE le mira en silencio) Era una relación tormentosa.


JOSE. ¿Pero no lo sabes?(Pausa) Saúl murió.


ALBERTO. Espera, espera... ¿Saúl? ¿El chico de Gibraltar? Que tenía dos afganos...


JOSE. Sí. sí... Saúl...


ALBERTO. ¿Qué me dices? Pero, ¿cómo?


JOSE. En su casa. Venían de tomar unas copas. Se dejaron las llaves dentro. Saúl intentó subirse al balcón y cayó desde el segundo piso.


ALBERTO. ¿Desde el segundo piso?


JOSE. Cayó mal. Tuvo mala suerte. Se partió el cuello. Iban bebidos...


ALBERTO. ¡Dios mío de mi vida! Saúl... No puede ser... Ay...


JOSE. Si llego a saber que te iba a afectar tanto, no te digo nada.


ALBERTO.  (Pausa) Fuimos amantes un tiempo, durante una de las separaciones de Mario. Qué bonito era... Era un niño. Simpático, adorable, precioso... ¡Maldita sea!


JOSE. Sí... Maldito destino.


ALBERTO. Maldito y despiadado. Aún le veo  paseando sus dos perros por la Plaza. ¡Mierda!...


JOSE. (Pausa) Murió hace más de un año.


ALBERTO. Su perfil está todavía en internet. Hace menos de un mes que lo vi... (Pausa) Perdona. Me parece tan fuerte...


JOSE. Lo siento, Alberto, lo siento de verdad.


ALBERTO. Ya está. No te preocupes (Se abrazan) ¿Sabes? No es la primera vez que me pasa.


JOSE. ¿El qué?


ALBERTO. Por vivir fuera. Perder a alguien y enterarme después de mucho tiempo.


JOSE. De todos modos, sabes que Mario es muy discreto.


ALBERTO. Sí... Pero ya me ha ocurrido varias veces. Primero, mi fisioterapruta, Francisco, luego, Arturo, el director del coro, mi amigo Jesús, de Granada... Y ahora, Saúl (Pausa). Morir se está volviendo otra cosa. Ya no es la tierra, ni el cementerio. No son ni huesos ni cráneos, ni lápidas. Es una imagen en la red. O un mensaje en tu teléfono: "El número no existe"...No es polvo, ni cenizas. Saúl ya no está, pero su imagen sigue colgada en el ciberespacio. A lo mejor para siempre....


JOSE. Así es el mundo en que ahora vivimos.


ALBERTO. Creemos tener acceso a cualquier tipo de conocimiento, a todo tipo de noticias con solo apretar un botón... Pero lo cierto es que el mundo real es lo único  que existe, con su vitalidad inmediata. El resto son imágenes, fantasmas...


JOSE. Ha sido una pena, la verdad...


ALBERTO. Estuvimos tan cerca...


JOSE. Bueno, Alberto. Me voy a ir yendo... (Cogiendo su ropa, comienza a ponérsela. Al cabo, se detiene) ¿Realmente era tan fuerte tu relación con Saúl?


ALBERTO. No. No por su parte.


JOSE. Aah...


ALBERTO. Apenas nos vimos tres veces. Pero verás...(Se acerca a JOSE y le coge el rostro, cariñoso).


JOSE. ¿Qué


ALBERTO. Yo sigo enamorado de todos mis novios.


JOSE. ¿En serio?


ALBERTO. Por efímeros que hayan sido.


JOSE. ¿De todos? Jeje...


ALBERTO. Todos los amores llevan dentro un pedacito de eternidad.


JOSE. ¿Nosotros también?


ALBERTO. ¡Claro! Aunque nunca volvamos a vernos. Siempre que perdure este momento en nuestra memoria.


JOSE. Siento no haber funcionado... Estaba tan nervioso...


ALBERTO. No lo decía por eso, hombre.


JOSE. Acabo de salir de una relación de dieciséis años.


ALBERTO. Deberías ir a un sexólogo.


JOSE. ¿Tú crees?


ALBERTO. Sí.


JOSE. No lo había pensado.


ALBERTO. Deberías ir. Yo tuve un problema parecido, y me sacó del apuro.


JOSE. (Vistiéndose) Bueno, Alberto, ya sabes dónde encontrarme. Tienes mi teléfono. ¿Decías que estabas aquí hasta Septiembre, verdad?


ALBERTO. Sí. Vuelvo al trabajo. La vaca es de donde pace.


JOSE. Bueno, que tengas una feliz vuelta (Le besa).


ALBERTO. Quedan aún dos semanas.


JOSE. ¡Vale! Te llamaré. Adiós (Sale).


(ALBERTO se levanta y enciende el portátil. Coge un cigarro y conecta la música. Después de entrar en el buscador, aparece proyectada la imagen de un  joven de rostro sonriente. ALBERTO va picando varias fotos del mismo)


 ALBERTO. Saúl... Te añoro tanto...que iría ciego a buscarte, allá donde estés. Incluso a la Nada.

martes, 27 de agosto de 2013

Quizasi y Quizano VERANO


Quizasí  y Quizano
DANZA CON MÁSCARAS
(Ambos, desnudos, llevan un disfraz que podría ser un ordenador a modo de flotador de playa, y en la mano una máscara de varilla que visualiza el fragmento de cuerpo o rostro similar a la foto de una web de contactos. Danzan todo el rato, como un cortejo amoroso entre dos raros pájaros. Una Luna llena sirve de fondo)

VERANO

Quizano. ¡Buenas noches!
Quizasi- Hola, chulo
Quizano- Ya me llegaron la fotos
Quizasi- ¿Y qué tal, amor?
Quizano-  Fascinado.
Quizasi- ¿Ah, sí? ¿ Por qué?
Quizano- Por tu culo soberano, al sol.
Quizasi- Pues todo tuyo, tesoro.
Quizano- ¿Y qué playa se ve al fondo?
Quizasi-  Es Chernobyl , la más próxima, voy sólo  el fin de semana.
Quizano - Yo siempre a una lejana, en Faro del Mar, Almasaguas se llama. A ver si  vienes un día...
Quizasi- A ver… pero si voy contigo, no estaré pa muchas playas.
Quizano- También hacer el amor en la playa tiene su aquél. En el agua, o en la arena… Tú déjate llevar.
Quizasi- Pero solos, ¿no?
Quizano- Solos no; con los peces. No sabes lo bien que se está en la playa al ponerse el sol.
Quizasi- Si no hace demasiado viento…
Quizano- Hombre, claro, si no hace viento…
Quizasi- Bajo la la luna llena.
Quizano- Bajo una luna  brillante, como la de esta noche, tranquila, nadando entre los reflejos… o embadurnados de arena…
Quizasi- Llévame a esa playa, desnúdame, emborráchame y hazme el amor desenfrenadamente.
Quizano- (Pausa) Te lo prometo, nene, aunque no ya este verano
Quizasi- No, me temo que no, este verano…
Quizano- ¡Ay!, que ya empieza el curso, Quizasí, ¡qué rollo! Todo iba perfecto.
Quizasi- ¡Quizano, la perfeccion no existe!
Quizano- Pero se desea.
Quizasi- Pues manos a la obra. El artista eres tú.
Quizano- Y tú eres mi muso, mi inspiración.
Quizasi- ¡Bah!, no será para tanto.
Quizano- Eres el más bello, sin duda, de todos los que me chatean. Hay musos que son más sanguíneos, los más que abundan son pícnicos, y hasta hay algún leptosómico… pero ningún Quizasí, eres único en tu especie. Y bello, no por raro, sino por bello. El más bello Quizasí.
Quizano- Tú me traspasas, tesoro, me haces el amor con palabras. Tus mensajes  son flechas  que prenden el corazón. 
Quizano- Porque husmeas en mi alma, y levantas mi pene, que surge, de diamante, como un felino entre  la bragueza.
Quizasi- Quiero ver tu fiera erecta entra la maleza de tu vello.
Quizano-Y yo te quiero bello entronizado, con mi cetro entre las nalgas, entre tu vello, mareado.
Quizasi- Me encantará caer mareado. ¡Poséeme salvajemente!
Quizano- Tu culo infinito invadido por mi trascendente falo, cuán carro triunfal penetrando la nave mayor de la iglesia en el día del  Corpus. ¡Ay! , me pierdes, me pierdes, me pierdes…
Quizasi- Me encanta perderme contigo, y que te pierdas conmigo, mmmmmmmmmmmmmmmmmmh….
(Pausa. Quizano abre un brik de leche y Quizasí coge un vaso vacío)       
Quizano- Dónde te gusta la leche?¿Dónde la pongo, mi amor?, en que rincón, en qué monte, en qué llanura, en qué hueco?
Quizasí- Insemíname, cariño,  pero pon sobre todo  en la boca, porque quiero saborearla.
Quizano-  Luego te regaré con oro, marcaré mi territorio por los márgenes de tu cuerpo.
Quizasi- Riégame bien, mi tesoro, quiero todos tus fluidos…
………….. (Quizano escancia a Quizasí, que bebe, extasiado)
Quizano- Mi cibernauta querido, es hora de salir a las calles, Que el tiempo cambia...
Quizasi- Un besazo, mi amor.
Quizano- Adiós
Quizasi- Chao…


lunes, 26 de agosto de 2013

primer cosqui

Me complacería dar un cosqui a  toda esa gente que, de tan educada,  se olvida de ser sincera.

HIMNO A AFRODITA


HIMNO A AFRODITA

¡Tú que te sientas en trono resplandeciente,  
   inmortal Afrodita!
¡Hija de Zeus, sabia en las artes de amor, te suplico,
   augusta diosa, no consientas que, en el dolor, 
   perezca mi alma!
Desciende a mis plegarias, como viniste otra vez, 
   dejando el palacio paterno, en tu carro de áureos atalajes. 
Tus lindos gorriones te bajaron desde el cielo,
   a través de los aires agitados por el precipitado batir de sus alas.
Una vez junto a mí, ¡oh diosa!, sonrientes tus labios inmortales, 
   preguntaste por qué te llamaba, qué pena tenía, 
   qué nuevo deseo agitaba mi pecho, 
   y a quién pretendía sujetar con los lazos de mi amor.
"Safo", me dijiste, "¿quién se atreve a injuriarte?
   Si te rehuye, pronto te ha de buscar;
   si rehúsa tus obsequios, pronto te los ofrecerá él mismo.
Si ahora no te ama, te amará hasta cuando no lo desees".
¡Ven a mí ahora también, líbrame de mis crueles tormentos!
¡Cumple los deseos de mi corazón, no me rehúses tu
   ayuda todopoderosa! 

(SAFO DE MITILENE, LESBOS, SIGLO VI A.C.)

El sevillano



El sevillano, Acrílico, 40x30cm.

viernes, 24 de mayo de 2013

VERDAD


Un coche le llevaba a Torremolinos en una nube de imágenes de angustia. El taxi tenía las ventanas negras, como un ataúd. Iba hacia la noche para ahogarse en ella, pensaba que aquél taxi  le conduciría al Leteo, un sarcófago con ruedas  donde al final le esperarían la tierra húmeda, el vacío abstracto de la muerte. Llevaba noches intentándolo: borracheras inimaginables, un frasco de revotril  en la mesita de noche, asomando la cintura por la ventana, cruzando sin mirar los semáforos...
Empezó a sonar en la radio del taxi una canción. Era una voz conocida, de una tonadillera, la preferida de su madre: Rocío Jurado. Cuántas veces se había mofado de esa folclórica idolatrada por la que le diera luz…. Cantaba a coro y orquesta el tema Como las alas al viento.  La oía como un eco: “lucha lucha, lucha, no quieras ser por siempre un perdedor” “Ayúdame…ayúdame, Señor….” 
Toda su ignorancia comenzó a deshacerse, pues la fuerza de la música había logrado su empeño; y ahí, en aquél mismo momento, la Inspiración  Divina bajó para consolarle. La Inspiración tenía aspecto de clown, el pelo rubio, suelto, y una enorme estrella sobre la frente.   Bajó desde su nube y se fundió con él en un abrazo profundo. Su martirio se daba por terminado.


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Precedían a esta escena cinco meses de baja por depresión en el más absoluto infierno,  aumentada por efectos de una medicación infame. Semanas sin moverse de un sofá, para,  cada vez que salía, perderlo todo: documentación, móviles, dinero…..hasta dejaba la puerta de su casa abierta. Una noche, un falso conocido narcotizó su cena para robarle. Le había conocido en un bar, so pretexto de intercambiar idiomas. Le invitó a su casa y el nuevo amigo se empeñó en preparar la cena: unos macarrones aderezados con tomate y orfidal. Ropa, memoria virtual, ensayos, diarios, cartas, fotos, su tesis doctoral, escrita durante diez años, todo fue robado durante el sueño, todo a la mierda. 
No veía salida por ninguna parte. "¿Cómo se ha unido este puñado de críos para firmar en mi contra? ¿Yo, que cumplo mi horario, que trabajo más de lo que debo, que cuido de ellos como si fuesen de mi familia?"- pensaba, mientras miraba al techo, desde la cama-. " Todo está corrompido, la escuela, la administración, el puto país... ¡La culpa es de la Envidia! Él tiene la culpa....Están manipulando  a mis alumnos. Y yo estoy solo..."
Esa mañana de Noviembre firmaron el escrito en los escalones de la primera planta, hábilmente deslizado entre los jóvenes estudiantes durante el cambio de claseUn escrito diseñado contra él por un miembro de la directiva: la Chinita, actual jefa de estudios y profesora de caracterización. 
Sonrisa incrustada, achaparrada silueta, ojeras oscuras, trasnochado vestuario ... curiosamente, era la  íntima de su peor enemigo: La Envidia. La Envidia era el otro profesor de Interpretación en el Musical. Le llamaban así por el papel que interpretó en un auto sacramental en el Corral de Almagro, hacía treinta años. Decían que el papel lo había poseído. Alto, de piernas delgadas, barrigudo, casi sin pelo, y la mueca permanente de un agrio Polichinela. 
El día que él llegó por primera vez a la escuela, notó algo raro en los ojos de la Envidia. Aquella mirada... Simplemente, iban a impartir la  misma asignatura, pero, ¿por qué le miraba así?.
-"Para <<El Nuevo>> la cosa pinta mal -decían dos compañeros desde un rincón del exterior del edificio cúbico- la directiva quiere colocar a una de Murcia, y la inspección busca un cabeza de turco"- parloteaba uno fumando ávidamente su cigarrillo en la entrada-.
- "No es el primero- asentía el otro-. ¡Joder! Siempre con la táctica del miedo, el miedo planeando sobre nosotros. Mierda de funcionarios obedientes.. Lo han hundido, al hombre."
- "En las escuelas se usa al alumnado como arma arrojadiza. Los profesores más mediocres tienen más destrezas para manipular a los alumnos. Porque tienen miedo de compararse con sus compañeros, más profesionales y mejores personas".
-"Los han envenenado de tal forma, que aunque les diera a sus alumnos jamón de pata negra, ya no le querrían". En ese momento callaron, apagando el cigarro con precipitada ansiedad, porque pasaban la Chinita y la Envidia doblando la esquina del pasillo con unas fotocopias bajo el brazo.
-“Hay que echar a este tío”, se oía poco después  en la conserjería. Un alumno parloteaba con la laboral de turno, atenta siempre a los últimos chismes. Era David Emilio. Ninguno de sus compañeros lo tragaba: estudiante del montón, pero ávido de popularidad, se paseaba ahora como un pavito por los corredores. Se jactaba de haber sido él mismo quien avisara a la Inspectora. La jefa de estudios le había concedido el honor de su complicidad, aparte de unas cuantas indicaciones para fastidiar al profe. Ahora recogía las firmas de "la alegre pandilla" -mote que se habían puesto entre los de su curso-, que le esperaban en los escalones de la primera planta.
La otra "pandilla", la de la directiva, inducidos por La Envidia, llevaba mucho tiempo aleccionándose a fondo en reuniones de tapadillo: colando jefecillos en la clase del profesor nuevo, líderes a los que otorgaban privilegios, empujándolos al desafío, a las protestas, a faltar a clase y, finalmente, a la "elaboración" del escrito, que cayó en sus manos ya redactado. Estaba la trampa dispuesta, solo había que invocar  a la Inspección.  
Y apareció la Inspectora, alta y seca, con pantalones de cuero ceñidos y chaqueta de gigantes patas de gallo. Tras varios ilegales, humillantes y crueles interrogatorios, donde sus propios compañeros sometieron a juicio sus cualidades frente a sus alumnos, finalmente llegó la petición de despido. Connivencias -diría después su abogado-entre directivas e inspectores.
El día aquél, el director de la Escuela lo llamó a su despacho y lo sentó frente a sí.  Siempre le había parecido que tenía la cara de un muñeco, sin expresión. Con sonrisa eginética, le entregó el documento, clavando en sus ojos unas inexpresivas pupilas azules... "incompetencia para el puesto". ¿Me firmas aquí?
-Ya lo habéis conseguido-dijo él- y salió tras firmar. Lloraba. Ciento cincuenta y cuatro días de  llanto continuo pasarían hasta llenar un lacrimario; auténticas lágrimas de calvario de educador.  La Inspiración, sobre su nube, miraba al pobre maestro con languidez, intentando lanzarle algún rayito de esperanza. Pero no, no era esa la ocasión.
 Y si algún día todo eso terminara, ¿Quién le devolvería la tranquilidad, la fe y la felicidad perdidos? ¿QUIÉN? Y sobre todo, ¿su credibilidad, su respeto como profesor?-pensaba mientras se dirigía en bus hacia su casa-. Durante el trayecto, se dejó olvidada en el asiento sus gafas y toda la documentación del proceso ...

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 “Vienes a saludarme, -piensa, mientras le mira a los ojos- como si nada hubiese ocurrido, como si no hubiese estado en peligro de perder mi razón y mi vida.  Miserable, tú y todos ”.
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Han pasado cinco meses en los que se ha quedado atrás su vía crucis, pero sólo un manto fino lo cubre con el farmacéutico paso del tiempo. Los ansiolíticos han ido a la basura. Un cambio de bolsa y de centro, caídos del cielo, fueron la curación. El abogado  del sindicato se frotó las manos por el ahorro de trabajo.
 Antes de presenciar  un reestreno en uno de tantos teatros de la  ciudad donde ahora trabaja y vive, -lejos de familia y amigos y de su casa propia,- busca su butaca. Mientras se acomoda, aparece ante sí un rostro conocido. Es uno de aquellos alumnos que firmaban en las escaleras y que ahora le saluda cordialmente: “Hola, profesor, ¿se acuerda usted de mí?” –le dice sonriendo-.
 No hubo que decir nada, solo  mirarle a los ojos -con los ojos se puede decir una frase completa y perfectamente inmensa-. El ex-alumno, avergonzado, se dio media vuelta y se sentó en su butaca. Era a quién menos esperaba ver esa noche. El teatro es un mundo muy pequeño. Intentó serenarse. Pero ya no pudo ver en paz la obra, pues sólo estaba atento a la empatía de los actores, su cualidad de transmisión. Lo más importante en escena es transmitir, buscar la verdad. Verdad, iridiscente o gris, lunática o podrida, pero verdad. Un don precioso en este mundo engañado. La muchachita-clown, divina y luciente, con su diadema estrellada, le abrazaba, invisible, sentada junto a él.
En medio de la obra, otras imágenes le asaltaban. No paraba de dar gracias a  su madre y a Rocío Jurado.
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Dedicado al 4ºA del año y de la Escuela que todos sabéis.

domingo, 31 de marzo de 2013

Taxi negro

Un taxi de ventanas negras
 Muerte y resurrección
 Los días ponen vallas entre el miedo
 Muerte y resurrección
 Asfixiar al odio no es tan fácil
 Muerte y resurrección
 Investigo a Cristo entre dos ángeles
 Muerte y resurrección
 ¿Es posible levantarse un día ligero?
Muerte y resurrección
 ¿Sin miedo, sin rencores, ni tristeza?
Muerte y resurrección
 ¿Blanco, sonriente, confiado?
 Muerte y resurrección
 Ronda esta imagen mi cabeza:
 Muerte y resurrección
Cristo entre dos ángeles sentado
 Muerte y resurrección
 Muerte y resurrección
 Muerte y resurrección