En esta noche sin luna
se me hace sumamente difícil
el perdón,
el olvido, la paz.
Vuelve hacia mí la Erinnia
de silencioso alarido.
Y la multitud desbocada
punzándome el pecho,
aquella que jugaba al deporte
de mi muerte firmando
sentencia en las escaleras.
A. Olveira, Vampira |
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